Carlos Duguech
Analista internacional
Por más que se quiera hallar, entre tantas, la palabra que defina la acción sangrienta del grupo terrorista de Hamas sufrida por la población israelí, particularmente en el kibutz Be´heri (fundado en 1946, antes de constituirse Israel como estado en 1948) será necesario no caer en meras e insustanciales calificaciones. El ataque terrorista fue de un horror que mezclaba la perversión con lo sanguinario. Y, deliberadamente, cara a cara -de los violentos ejecutores de matanzas- con sus víctimas inocentes, desarmadas, sorprendidas en su vida diaria.
Mucho se dice en los análisis sobre la situación del efecto sorpresa, invasivo, con fuego a granel. Y, también, reiteradamente, de la falla inexplicable del sistema defensivo de Israel. Particularmente por la característica de la vinculación tensa -y de alto riesgo- entre el territorio de Israel (incluidos los ocupados desde la guerra de los seis días de junio de1967) y la franja de Gaza, sobre 40 km. en la ribera Este del Mediterráneo.
Hamas (fundado en 1988) se apartó del partido del gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) desde su triunfo electoral en 1906 en Gaza, sobre Fatah, el partido que llevó al poder palestino en una acotada Cisjordania (una gran parte ocupada militarmente). Hamas actúa contra Israel de manera bien diferenciada. En pro de un estado palestino islámico con la desaparición de Israel, nada menos. Sin embargo, la gestión pro palestina de Mahmud Abás, de la ANP, es de convivencia con Israel, pretendiendo fronteras reconocidas internacionalmente, con origen en la Resolución de partición 181 de la ONU (1947). Sigue estando en el plan -aunque muy deshilachado- de los tan reiteradamente mencionados como de “Los dos estados”.
Terroristas
El ala terrorista de Hamas es eso, por definición. Hay que decirlo con énfasis: procura con su accionar, como muchos otras organizaciones terroristas sedicentes islámicas, propulsar el Islam a sangre y fuego, (y a como sea necesario y oportuno). Los palestinos, el pueblo, y las autoridades de la ANP, que mantienen relación con Israel y es observadora en la ONU, ansía -casi sin esperanzas ya- que Israel cumpla su parte. Su obligación a la que se comprometió con Naciones Unidas en su nota solicitud para ser aceptado como estado miembro, lo que ocurrió en 1949. Ello implica el acatamiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad. Las identificadas como 242 (1976) y 338(1973: las que obligan a a retirarse de los territorios ocupados desde la acción guerrera lanzada por Israel el 5 de junio de 1967. Un típico caso de “guerra preventiva” en posesión las autoridades israelíes de los informes de inteligencia que advertían de la tensión guerrera desde Egipto, el del ultranacionalista Nasser.
Fundado en 1987 Hamas comienza a tener protagonismo en el ya por entonces extendido conflicto entre Israel y los palestinos. Desde la primera Intifada y entre 1987 y 1993. Por entonces, producidos los Acuerdos de paz de Oslo, fueron condenados por Hamas en su recalcitrante oposición a la existencia misma del Estado de Israel y por ende, opositor a cualquier formalización de acuerdos por la paz. Tal su invariable posición a lo largo de su actuación política en el seno del palestinismo. Ello devino en un enfrentamiento político con el sector de Fatah (acrónimo del árabe de Movimiento Nacional de Liberación de Palestina). Desde las elecciones parlamentarias de 2007 Hamas adquiere unas mayoría que insufla aires victoriosos a su gestión que siempre tiene en la mira la desaparición de Israel y a la vez que procura generar las condiciones para un estado islámico en la Palestina que imaginan, excluyente de todo judaísmo. El sábado 7 de octubre último Hamas se vistió decidida y abiertamente con el ropaje con el que pretende ser identificada de aqui en más: dueños de un objetivo y de una determinación: destruir a Israel. Y empezó por su sanguinario acto de terrorismo con la idea de despertar entre los grupos fundamentalistas islámicos y países teocráticos de esa característica (Irán) la simpatía y de consuno con sus objetivos y escalada violenta.
Para mejor entender
Ni Hamas -el del 7 de octubre último- representa al pueblo palestino. Ni ETA representaba al pueblo vasco. Ni el IRA, en su tiempo, al pueblo de Irlanda del Norte, Ni las FARC al pueblo colombiano. Ni Hezbollah al pueblo libanés. Ni el ERP, entonces, entre otros grupos de acción al pueblo de nuestro país. En consecuencia, los derechos del pueblo palestino a esa solución de “los dos estados” se mantienen incólumes pese a las actuaciones terroristas de Hamas que no tienen por qué involucrarlos. Por ello se debería distinguir –y especialmente desde el gobierno de Netanyahu, además de la comunidad mundial de naciones- entre esos dos bloques: el conformado por terrorista Hamas que pretende destruir Israel y el que involucra al pueblo palestino (representado por la ANP) que aspira a consagrar su nacion soberana conforme a la de declaración de independencia de Palestina -proclamada desde Argel por el Consejo Nacional Palestino- del 15 de noviembre de 1988. Que da señales de reconocer al otro estado fruto de la tan referenciada “Partición de Palestina”(1947).